Retrato. Esta francesa de 34 años se dedica a varios proyectos medioambientales, en el Perú Ella siembra sus raíces de tierra en tierra Magali Queyranne tiene América Latina pegada a su piel. Salvador, Guatemala y ahora Perú, de un país al otro, persigue el mismo objetivo: que los habitantes se re-apropien su ciudad. Es en el norte de Lima, Perú, que Magali pasa la mayor parte de su tiempo. En el distrito de San Juan de Lurigancho, el más poblado de la capital (más de un millón de habitantes), ella decidió sembrar árboles y plantas. Muy cerca se tiene el sitio arqueológico de Mangomarca, abandonado por el Estado, donde las lomas tienen apariencia de desierto, cactus y buganvilias crean un oasis verde, bajo los ojos curiosos de sus vecinos. Su aventura sur-americana inicia hace 10 años, en Guatemala, después en el Salvador. Ella desarrolla proyectos para ONG’s y administraciones públicas para el mejoramiento de los asentamientos humanos y barrios precarios. “Quiero crear tejido social” Urbanista de formación, Magali Queyranne, concibe su trabajo al servicio de los habitantes: “Quiero transformar los territorios, en espacios productivos, pero sobre todo, crear tejidos y enlaces sociales, que este sitio se vuelve un lugar de convivencia para los habitantes y con actividades…”. Es su encuentro con Carlos Colonia Bardales, al final del año pasado, que fue el punto de partida. El artista peruano ya ha sembrado más de cincuenta plantas. Cinco meses después de la llegada de Magali en el proyecto, se tiene más del doble. Esta mujer de 34 años construye caminos dentro de esta vegetación, trabaja el sistema de riego, prepara bio-huertos y siembra plantas medicinales. El corazón de su proyecto es social. El objetivo es que los habitantes se apropian el sitio. Domingo, miembro de la comunidad asentada a proximidad, hace parte de ellos: “quisiera hacer lo mismo. Tal vez, a la par del terreno”, intenta decir mostrando el cerro contiguo. Magali sonríe. El hombre hace parte de una comunidad que invadió el terreno, hace unos treinta años. Cuando ella llegó, recogía cada día desechos botados, para conservar su sitio limpio. Pero las cosas cambian. A un par de metros de acá, la tienda del barrio, decidió reciclar sus desechos orgánicos para el compost. Cada domingo, se juntan personas, para ayudar los dos creadores del proyecto. Una movilización importante en este país donde la conciencia ambiental esta en sus primicias. “Hay coordinar para mutualizar nuestros esfuerzos y que los proyectos encaminen. Esto tomará tiempo, pero es una buena noticia”, se alegra Magali. Una segunda etapa en el sur de Perú. Este jardín urbano es solamente una primera etapa ,antes la creación del Centro de Artes de la Humanidad, a Madre de Dios, en el sur del Perú. En esta región, conocida más que todo por la minería, los dos socios quieren crear un lugar de intercambios de saberes. Pero antes de proyectarse tan lejos, el objetivo a corto plazo, es asegurar la sostenibilidad financiera del proyecto. Magali esta en búsqueda activa de fondos para sostener el proyecto. Por ahora, la labor es compleja y se proyecta hasta noviembre viviendo con sus ahorros. Por falta de financiadores o de apoyos, a esta fecha, buscará otras opciones. Pero no quiere regresa a Francia “Esta bien para dos meses de vacaciones, nada más. Puedo regresar al Salvador, que es como mi segunda casa. Pero, tengo fe y confianza en la vida. Siempre me cruzo con las personas que me permiten avanzar…” INFORMACIONES COMPLEMENTARIAS Apoyo. El proyecto de Centro de Artes de la Humanidad necesita fondos para desarrollarse. Para apoyar, visitar el sitio web www.centroceah.com donde se les propone varias opciones. En Francia se tiene un miembro de la asociación es disponible por teléfono 0650448530. BIOGRAFÍA SINTÉTICA 1ero de marzo del 1981 Nacimiento en Chartres Enero del 2005 Primer Viaje al Salvador Octubre del 2005 Instalación en Guatemala Enero del 2006 Segundo viaje al Salvador Octubre del 2012 Regreso a Francia Octubre del 2014 Instalación a Lima, Perú
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Abril 2017
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